El show más multitudinario de Sinatra fue en Río
Frank Sinatra quedó inmortalizado en la historia de los grandes conciertos cuando reunió a más de 170.000 personas en el estadio Maracanã de Río de Janeiro. Fue una de las noches más memorables de su carrera y un hito cultural que transformó al mítico templo del fútbol en un escenario global de la música.
Una apertura con guiño a Brasil
El recital abrió con una sorpresa: “The Coffee Song (They’ve Got an Awful Lot of Coffee in Brazil)”, un tema de 1946 que Sinatra casi nunca cantaba en vivo, pero que esa noche eligió para homenajear al público local. Desde ese instante, la multitud lo aplaudió de pie.
Transmitido por Globo TV, el espectáculo llegó también a millones de hogares, proyectando la magia de Sinatra mucho más allá del estadio.
La lista de temas (setlist)
El repertorio de esa noche combinó rarezas con clásicos de todos los tiempos:
- The Coffee Song (They’ve Got an Awful Lot of Coffee in Brazil)
- I’ve Got the World on a String
- At Long Last Love
- Mack the Knife
- Summer Wind
- Night and Day
- The Lady Is a Tramp
- My Way
- Strangers in the Night
- New York, New York
Cada interpretación fue recibida con ovaciones que parecían estremecer al Maracanã entero.
Una producción monumental
La organización estuvo a cargo del publicista Roberto Medina, quien años más tarde daría vida al festival Rock in Rio. La dirección musical la asumió Vincent Falcone Jr., al frente de una orquesta de primer nivel. Entre el público se encontraban figuras de la política, la cultura y el espectáculo brasileño, testigos de un hecho que los medios internacionales calificaron de histórico.
El legado de una noche irrepetible
El recital en Río no fue solo el más multitudinario de Sinatra, sino también una muestra del poder de la música para atravesar fronteras y generaciones. Transformó al Maracanã en escenario cultural y dejó un precedente para artistas que llegarían después, desde Tina Turner hasta los Rolling Stones.
Hoy, aquel concierto se recuerda como la demostración más clara de por qué Sinatra no fue únicamente una voz inconfundible, sino un fenómeno capaz de transformar un estadio colosal en un espacio íntimo y universal a la vez.
