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Palermo, la capital siciliana que también fue escenario de El Padrino

Caminar por Palermo es atravesar un set de cine: desde sus mercados históricos como Ballarò o Vucciria, hasta las plazas monumentales y los arcos medievales que aún conservan la esencia de la ciudad. La vida cotidiana, con sus cafés y trattorias escondidas en callejones estrechos, sigue ofreciendo el mismo telón de fondo que inspiró a Coppola.

Palermo, la capital siciliana que también fue escenario de El Padrino

Caminar por Palermo es atravesar un set de cine: desde sus mercados históricos como Ballarò o Vucciria, hasta las plazas monumentales y los arcos medievales que aún conservan la esencia de la ciudad. La vida cotidiana, con sus cafés y trattorias escondidas en callejones estrechos, sigue ofreciendo el mismo telón de fondo que inspiró a Coppola.

Cuando Francis Ford Coppola eligió Sicilia para dar vida a la historia de Michael Corleone, no podía dejar afuera a Palermo, la capital de la isla. Su mezcla de esplendor barroco, calles populares y palacios neoclásicos aportó la atmósfera perfecta para escenas cargadas de dramatismo.

Uno de los lugares más recordados es el imponente Teatro Massimo, en cuya escalinata se filmó la trágica escena final de El Padrino III, donde la ópera y la tragedia se funden en un mismo clímax. Este teatro, inaugurado en 1897, no solo es el más grande de Italia, sino uno de los más majestuosos de Europa.

Caminar por Palermo es atravesar un set de cine: desde sus mercados históricos como Ballarò o Vucciria, hasta las plazas monumentales y los arcos medievales que aún conservan la esencia de la ciudad. La vida cotidiana, con sus cafés y trattorias escondidas en callejones estrechos, sigue ofreciendo el mismo telón de fondo que inspiró a Coppola.

En Palermo, El Padrino dejó de ser solo una ficción: se convirtió en parte del alma de la ciudad, en un eco que resuena entre columnas, balcones y calles empedradas.

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